miércoles, 8 de septiembre de 2010

Vivo en el número 7, calle melancolía.


Luego, de vuelta a casa, enciendo un cigarrillo, ordeno mis papeles, resuelvo un crucigrama; me enfado con las sombras que pueblan los pasillos y me abrazo a la ausencia que dejas en mi cama.
Trepo por tu recuerdo como una enredadera que no encuentra ventanas donde agarrarse, soy esa absurda epidemia que sufren las aceras, si quieres encontrarme, ya sabes dónde estoy.

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