- Oh, perdona.
- Lo siento mucho, disculpa.
- Toma. ¡Anda, pero si es la chica más triste del mundo!
- No estoy triste.
- ¿No? Pues las dos veces que te he visto estabas llorando.
- A lo mejor lloro de alegría.
- Cierto. ¿Es así?
- No...
- Bien, porque quiero pedirte algo. ¿Te gustaría acompañarme a una asquerosa fiesta de la indústria, repleta de gente rica, estirada, superficial y egocéntrica?
- Suena horrible...
- ¿Eso es un sí?
- ¿Quieres tener una cita con una chica tan triste?
- No, no, no. No es una cita. Sólo quiero tus lágrimas. Cuando me vean con una chica que llora, comprenderán que me marche pronto... ¡Oye! Eso no vale, si empiezas a sonreír así no podremos salir de allí...
No hay comentarios:
Publicar un comentario